sábado, 5 de mayo de 2012

Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los latidos del corazón y a descifrar un lenguaje que está más allá de las palabras; aquello que muestra lo que nuestros ojos no pueden ver.



Los deseos muchas veces son buenos guías, nos muestran el lugar hacia donde partir. Como así también, a veces los deseos nos muestran el lugar al que hay que volver.

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